ASPECTOS PROFESIONALES, continúa 0

Publicado en por marianohornoliria

           Fui médico por pura vocación. Yo creo que no habría podido ni sabido ser otra cosa. Hice una buena Carrera, cuyo baremo de calificaciones se relata en el lugar oportuno de esta memoria.

 

Descubrí en el transcurso de la misma mi afición y mi gusto por los estudios de la Patología Quirúrgica y Médica, cuyas Cátedras frecuenté como interno y, con posterioridad, la Especialidad de Obstetricia y Ginecología, que aprendí directamente con mi padre primero, con sus discípulos después y, así mismo, finalmente, con preclaros e insignes maestros en diferentes Escuelas Nacionales y Extranjeras.

 

Con prudente y obsesiva orientación, me hizo mi padre presentarme a las oposiciones de Alumno Interno Pensionado, que gané con el número 1, siendo designado al servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico. Antes, y también por orden suya, trabajé como interno en la Cátedra de Patología Médica y también en la Cátedra de Patología Quirúrgica.

 

De los Profesores de la Figuera, Civeira y Lozano aprendí mis primeras lecciones de Clínica Médica y Quirúrgica. También di con el Profesor últimamente citado en mis actividades operatorias. Tan útiles me fueron estas enseñanzas, que después me habrían de permitir andar más suelto y con una visión más amplia en el desarrollo y en el estudio de la Especialidad en que me he venido ocupando.

 

Con mi padre hice mi primera intervención operatoria. Me acordaré siempre de ello. Se trataba de un quiste pedicurazo del ovario, escogido a propósito. Con él planeé mi primer Seminario en la Cátedra que entonces regentaba. Ayudado por el esquematicé mi primera lección. También mi primer trabajo. A él debo en mi vida profesional y en la Especialidad de Obstétrico-Ginecológica lo que soy.

 

Me licencien el año 1947 con brillantes notas, que constan aparte. El Premio Extraordinario de Licenciatura, el Premio Ramón y Cajal y  sucesivas Ayudantías y Encargos de Cuso universitario vinieron rápidamente a mis manos. Un sueño se abría feliz ante mi vida, que fue en parte truncado por el azar. El mismo año que terminaba, cuando hacía mis prácticas como Oficial de Complemento de la Milicia Universitaria, murió mi padre de manera precoz y prematura. Creí entonces que mi vida se hundía. Pensé morir yo también.

 

 

Mariano Horno Liria

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